La primera vez que leí a Diego S. Lombardi (Buenos Aires, 1981) fue con ocasión de la publicación de La coronación de las plantas (Jekyll & Jill, 2017) cuando el autor ya había obtenido cierto reconocimiento tras su primera novela Reflexiones de un cazador de hormigas. Me había parecido que este escritor singular empeñado en hacer de la creación de atmósferas y zozobras personales una experiencia literaria participaba de una forma «sui generis» en un tipo de literatura que me gustaría, modestamente, caracterizar bajo el sintagma «ficciones de ojos cerrados». La reciente aparición en la editorial Aristas Martínez de Lo que habita entre nosotros (2021) confirma mis primeras impresiones y arrastra con mayor virulencia esta literatura de sensaciones oscuras y descubrimientos al otro lado de un umbral imbricado de categorías estéticas del tipo que el crítico cultural Marc Fisher situó al abrigo de uno de sus más inteligentes ensayos, Lo raro y lo espeluznante (de lo extraño a lo asombroso, de lo desconocido a lo extraordinario).
Crítica completa en Revista de Letras
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