"Era muy temprano por la mañana, las calles estaban limpias y vacías, yo iba a la estación. Al verificar la hora de mi reloj con la del reloj de una torre, vi que era mucho más tarde de lo que creyera, tenía que darme mucha prisa; el susto que me produjo este descubrimiento me hizo perder la tranquilidad, no me orientaba todavía muy bien en aquella ciudad. Felizmente había un policía en las cercanías, fuí hacia él y le pregunté, sin aliento, cuál era el camino. Sonrió y dijo:
- ¿Por mí quieres conocer el camino?
-Sí- dije-, ya que no puedo hallarlo por mí mismo.
- Renuncia, renuncia -dijo, y se volvió con gran ímpetu, como las gentes que quieren quedarse a solas con su risa."
KAFKA, Franz, "Renuncia" en La muralla china, traducción de Alejandro Ruiz Guiñazú, Alianza, Madrid, 1996, p.100
No hay comentarios:
Publicar un comentario